La insignia de la Cofradía está constituída por un óvalo partido en cuatro cuarteles por una cruz y orlado por ramas de laurel y palma, enlazadas en la parte inferior y rematado todo el conjunto por una corona real.

Estimados hermanos y hermanas:

Desde la toma de posesión de la actual Junta de Gobierno ha sido una prioridad para la misma renovar y revitalizar la página web de la Hermandad a fin de que pueda ser un instrumento de relación y comunicación con la misma. Es cierto que actualmente existen también otros medios, incluso más rápidos y directos, para una fluida comunicación, pero estimamos que ellos no son incompatibles con este otro medio que ofrece un contenido más amplio, formal y permanente para el mejor conocimiento de nuestra Cofradía.

Pues bien, renovada ya la página, constituye una satisfacción para mí dirigir estas palabras desde la misma con la intención, como digo, de que sirva de medio y vía para mejorar la comunicación y relación con la Cofradía, siendo al tiempo un instrumento útil para todos, hermanos/as, devotos/as y cofrades en general, para el mejor conocimiento de nuestra centenaria Hermandad.

Finalmente quisiera expresar que la existencia de estos medios telemáticos, modernos, rápidos y ágiles, no deben ser óbice para que sigan existiendo e incrementándose las relaciones directas y personales en el ámbito de nuestra Cofradía y particularmente en la Casa de Hermandad, así como vuestra participación en los distintos actos, fundamentalmente los de culto, organizados por la Cofradía, todo lo que, como vuestras iniciativas, redundará sin duda en el engrandecimiento de nuestra Hermandad.

Recibid un cordial saludo,

Manuel María Salguero Conde

Hermano Mayor

Un saludo a todos los hermanos y hermanas de la Buena Muerte, y a quienes entren en contacto con esta cofradía por medio de este medio de comunicación. Quiere ser una ventana abierta cuyo fin no sólo es mostrar su patrimonio cultural, sus reglas, estatutos o reglamento de régimen interior, sino, y sobre todo, ser presencia y testimonio humano y cristiano en una sociedad, más que nunca, necesitada de Dios aunque se le pretenda arrojar de ella y de hermandad entre los seres humanos, hoy tan debilitada.

Que la majestuosa talla del Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Mayor Dolor, titulares, compañeros de camino, nos acerquen al Jesús de Nazaret, al Dios del amor que quiere compartir nuestro caminar.

Que no sólo nos sirva para conocer más, sino para “vivir mejor” la autenticidad evangélica.

P. Julián Fernández López-Terrada,

Director Espiritual

O.S.A.