Historia


     Fundada por Cayetano del Toro Quartillers, que fuera alcalde de Cádiz, el 1 de diciembre de 1894 bajo la presidencia del sacerdote diocesano Don Cándido Picamill, asignado a la Iglesia de San Agustín. Un grupo devoto de diecinueve hermanos funda la Cofradía de la Buena Muerte para dar culto a la imagen del Santísimo Cristo que existía en dicho templo. 

     El 15 de diciembre es nombrado Hermano Mayor don Cayetano del Toro y Quartiellers, Alcalde de Cádiz e insigne médico oftalmólogo. La Cofradía toma el nombre de “Hermandad religiosa de Nuestro Señor Jesucristo en su Buena Muerte”. Unos meses antes, en la Semana Santa de 1894, la imagen del Cristo había salido en procesión portada por algunos hermanos.

     Tras unos momentos de decadencia fue reorganizada en 1921 debido a que tras su fundación, la Cofradía fue languideciendo hasta quedar sólo veintiocho hermanos.

     Entre las personas reorganizadoras destacaron César y José María Pemán, en esta etapa se dotó a la salida procesional de una gran austeridad y recogimiento, características que hoy perduran.

     Las primeras Reglas de la Cofradía fueron aprobadas el 15 de mayo de 1895 por el Obispo Calvo y Valero. En 1906 se reinstalan en Cádiz los Religiosos Agustinos que asumen la realidad de la Cofradía y fomentan y ensalzan el culto al Cristo de la Buena Muerte y fomentan el culto a la imagen del Señor en su Buena Muerte.

Durante más de veinte años, la Cofradía adquirió gran auge impulsada por su Hermano Mayor, que lo siguió siendo hasta su muerte en 1915. Se inicia entonces un quinquenio de decadencia en el que, prácticamente, la Cofradía desaparece, hasta que, en 1921, un grupo de cincuenta y cinco devotos, entre los que se encontraban los hermanos César y José María Pemán Pemartín, la reorganizan y la dotan de un espíritu de gran austeridad, recogimiento, absoluto silencio y estricto rigor penitencial, características que, aún hoy, constituyen sus señas de identidad.

     Sólo en los años 1932, 33 y 34 y debido a los acontecimientos políticos, la Cofradía no salió a la calle. El Viernes Santo de 1932 se colocó la imagen del Cristo a los pies del Altar Mayor de San Agustín y durante todo el día se le hizo adoración por los hermanos y hermanas, costumbre que desde entonces perdura en la tarde de todos los Viernes Santo.

     El 8 de diciembre de 1939 se incorpora a la Cofradía, como co-titular, la imagen de María Santísima del Mayor Dolor que ya había estado anteriormente en la Iglesia de San Agustín hasta la desamortización de Mendizábal. 

     Esta dolorosa había sido desamortizada en 1836 y vendida en pública subasta. Fue adquirida por doña Dolores Sicre para darle culto en su oratorio privado. El 5 de agosto de 1939 fue donada a la Cofradía, junto con todo su ajuar, por doña María Dolores Lacoste y Sicre, que la había heredado de sus antepasados. Procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1940, y la Cofradía pasó a denominarse entonces “Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima del Mayor Dolor”, nombre que ostenta en la actualidad.


Imágenes del Cristo con Potencias (Actualmente en paradero desconocido)

1894 - Primera Estación de Penitencia

     El Cristo de la Buena Muerte salió por primera vez en procesión el 23 de abril de 1894. Dos años antes, a iniciativa de Cayetano del Toro, entonces presidente de Diputación, se creo la Junta Administrativa para las procesiones de Semana Santa, logrando que las cofradías gaditanas adquirieran de nuevo la importancia que tuvieron cuarenta años atrás. Asimismo, Cayetano del Toro reorganizó la cofradía de la Buena Muerte.

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Diario de Cádiz fue testigo y así lo contó en su crónica de 1894: Salió la procesión de la Buena Muerte de San Francisco a las siete en punto de la tarde y por este orden: Cruces de mano y Parroquial; los doce apóstoles vestidos con fidelidad histórica; el orfeón del Hospicio Provincial, dirigido por el señor López; el paso del Señor de la Buena Muerte; sección compuesta por seis romanos a caballo vestidos con armaduras. Y en la línea de la procesión un numeroso acompañamiento de penitentes con lujosas túnicas de terciopelo negro, zapatos de charol con hebilla, cordón de plata, para que luciera la larga cola de la túnica. Fueron de penitente muchas personas conocidas, entre ellas don Cayetano del Toro.


La procesión, aunque corta, porque sólo la formaba el Señor, puede asegurarse que es una de las mejores que han salido. El Señor de la Buena Muerte es una notabilísima escultura atribuida a Montañés. No necesita ningún adorno ni luces, ni alhajas, ni flores. La efigie sólo bastaría. Las andas eran lujosas: ostentaba mucha plata y la iluminación era profunda en cera y espléndida en electricidad. Muchos elogios se escucharon por la presentación de este paso. Ha sido lo mejor de las procesiones. La banda ejecutó notables marchas, entre ellas la del señor López, conocida por La Saeta. Los niños que componían el orfeón llevaban preciosas cestas con flores, que iban arrojando al paso cada vez que hacía estación. El tránsito de esta procesión por la calle Duque de Tetuán fue una escena hermosa: a pesar de la concurrencia, hubo mucho orden. Los trompeteros y los porta-estandartes iban vestidos a la Federica, cuya indumentaria no fue de mejor efecto. La procesión se recogió a las doce y media. Sin temor a equivocarnos, hemos de confesar que ha excedido a todas, en orden y esplendidez la del Cristo de la Buena Muerte.Cuanto dijéramos acerca de ella, no se aproximaría a la realidad.Aquella divina imagen del Cristo Jesús, debida a la gran inmortalidad inspiración del gran Montañés, iluminada con torrentes del luz de innumerable candelabros y potentes focos de luz eléctrica, envuelta en espirales del incienso y rodeada de penitentes con túnica de preciosos terciopelo, cuya larga cola iban arrastrando, resultaba a su paso por la calle Ancha, un espectáculo verdaderamente grandioso y conmovedor.


Por último, el autor de la crónica del Diario valora positivamente el cortejo:

El que estas líneas escribe ha tenido ocasión de presenciar muchas procesiones en grandes capitales de España y del extranjero, y por lo mismo puede asegurar con conocimiento de causa, que es muy difícil que se pueda sacar en ninguna parte cofradía alguna con el gusto, orden y magnificencia como lo ha sido en Cádiz la del Cristo de la Buena Muerte.


Fuente: Diario de Cádiz

1916 - Paso del Cristo

D. José Vázquez Aragón nos remite, para su publicación en la web la siguiente fotografía donde se puede observar el Paso del Stmo. Cristo en aquella época, con las Potencias.

Fotografía de José Reymundo - 1932

1932 - No se realiza la Estación de Penitencia

La Venerada Imagen del Santo Cristo de la Buena Muerte, tal como fue expuesta a la adoración de los fieles, en la Iglesia de S. Agustín el día de Viernes Santo de 1932.


En 1932 en Cádiz, ninguna de las Hermandades puso en peligro su patrimonio ni la integridad de sus hermanos y devotos, quedando todas ellas en sus respectivos templos. Lógica iniciativa habida cuenta de los incidentes y ultrajes acaecidos en algunos de los templos más significativos de la ciudad y Cofradías durante el año anterior. Esta afrenta contra nuestra Cofradía, se produjo en la noche del Viernes Santo de 1931, sufriendo la misma los penitentes de la Cofradía de la Buena Muerte tras su paso por la calle Compañía, en la que un grupo de republicanos lanzaron chinchetas y cristales ante el conocimiento de estos desalmados de encontrarse la mayoría de los penitentes con los pies descalzos e intentando así provocar el desconcierto general, propósito que no alcanzaron, puesto que los hermanos siguieron su camino sin inmutarse, en un acto de superación y de severa (nunca mejor dicho) penitencia.


1934 - Viernes Santo

Publicado en Diario de Cádiz el 30 de marzo de 1934:

     A las nueve de la mañana de ayer comenzaron los cultos propios del día en la iglesia de San Agustín. El Santísimo Cristo de la Buena Muerte había sido colocado en el suelo para recibir la adoración de los cofrades.

     Terminados los oficios, quedó formada durante todo el día una guardia de cofrades para velar al Cristo de la Buena Muerte, que recibió la adoración de infinidad de fieles de ambos sexos.

     A las doce de la mañana tuvo lugar el ejercicio de las Siete Palabras, interviniendo una capilla de música. El sermón de Pasión y las Siete Palabras fue predicado por fray Zacarías Novoa, perteneciente a la residencia de los agustinos en Cádiz.

     Finalizados los actos anteriores, dio comienzo el solemne Vía Crucis, con asistencia de todos los hermanos de la cofradía y de su Junta de Gobierno. 

      Terminado el mismo se procedió a la profesión de los nuevos cofrades. Por la noche, a las diez y media, el superior de los agustinos, Nemesio González, predicó el sermón de la Soledad y se verificó la procesión del Silencio por el interior del templo.

1928 - Estatutos


Desde este enlace se puede descargar una copia en pdf de los Estatutos de 1928 y que fueron aprobados tras varias nuevas aportaciones de los años 1941 y 1947 por el Obispo Don Tomás Gutiérrez Díez el 22 de Enero de 1948, hace mas de 70 años.


Los mismos han sido cedidos gentilmente del archivo particular de NHD. Daniel Criado Mariscal.


1908 - Crónica


Hace 100 años. 15 de febrero de 1908


Extraído de las páginas del Diario de Cádiz:


“…en Sevilla se ultiman los trabajos de confección de la peana y monte de plata cincelados que este año estrenará el paso del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. En los talleres se están haciendo además dos nuevos candelabros de plata monumentales para el mismo paso y arreglando otros seis que estaban deteriorados. Los gastos se hacen por cuenta exclusiva de la cofradía y no sobre los fondos de la junta administrativa de procesiones…”

Traslado temporal a Santo Domingo - 2018